Páginas

lunes, 30 de marzo de 2020

¡Qué bonito es sentirse querida!

¡Qué bonito es sentirse querida!
Y más aún cuando quien te regala su amor lo hace de forma gratuita, sin esperar nada a cambio.
Es una sensación nueva, tierna y al mismo tiempo, tremendamente poderosa.
Sí, poderosa, porque el amor es eso: poder.
Con el amor todo se puede: animar cuando todo parece imposible, alegrar cuando la desesperanza continúa avanzando, fortalecer cuando los golpes fueron demasiado duros, mantenerte en pie cuando los tiempos son difíciles...
¡Qué bonito es sentirse querida! Qué bonito es sentir que todo lo puedes conseguir, porque cuando sola era incierto, en equipo se vuelve certero y plausible.
El amor es poder, es poder sentir, poder entender, poder ser y estar, con alguien, con quien te entiende, respeta, escucha. 
¡Qué bonito es sentirse querida! Porque así, y sólo así, todo lo podemos.


lunes, 23 de marzo de 2020

Evitar en tiempo del coronavirus

Estos días, aunque estemos con teletrabajo, hagamos deporte, tengamos citas de aplausos/caceroladas/vermuts/videoconferencia a casi todas horas, aprendamos a cocinar, limpiemos como si el fin del mundo fuera a ser regido por Míster Proper... Lo que tenemos es tiempo para pensar. ¡Y ojo! Esto puede ser bueno y puede no serlo tanto.
Evitemos entrar en pensamientos catastrofistas que son paridos de la sobreinformación. Truco: infórmate sólo una vez al día. En la tele sigue habiendo canales donde sólo reforman casas, subastan viejuras y hay niños asesinos. Son nuestro flotador ahora. ¡Como si nos enganchados a Supervivientes!.
Evitemos reabrir heridas emocionales que ya estaban con nosotros. Nada de hacer listas de personas con las que reconciliarse, con las que tomar cafés pendientes o con las que quedar a bailar un tango. Sí puede ser un buen momento, para analizar quién está a tu lado a pesar de la cuarentena, sobre quién te interesas y poner realidad en tus relaciones.
Evitemos juzgar y superjuzgar a los que piensan distinto. Hay mucha guerra política, porque intentamos remar todos hacia el mismo lado, pero, como siempre, nos puede la boca. Cuidado con dejarse llevar por la ira y la colera. Esto sólo nos agotará más.
Evitemos agobiarnos. Esto es muy normal. Practicar la paciencia y sobre todo ser realistas... ¿Añoras cosas que antes ni hacías? Si siempre te pasabas el día metido en casa... No sufras. Volverás a ser libre para decidir no salir.
Evitemos caer en pensamientos pesimistas. Esto no es el fin del mundo. Es una mierda, sí; pero no es el final. Quizás los que somos creyentes en algo, este punto lo tenemos un poco más claro. Si eres de estos, conéctate a rezar o a ir a misa.
Evitemos dormir la mañana, ver en exceso la tele y engancharnos a todas las series de Netflix. Hazte una rutina. Levántate a una hora de humano responsable, haz todas las comidas, lee, estudia (hay cursos online hasta gratis), un tiempo de deporte y de relajación (yoga, meditación guiada... YouTube es tu aliado), dibuja/cose/escribe/compón/cocina/escribe cartas al hospital, limpia la casa, descanso y a dormir. Los días siguen teniendo las mismas horas que antes.
Sé creativo, y si no lo eres, mira cualquier vídeo o PDF que hay rodando por ahí con ideas para la cuarentena.
Y sobre todo, apóyate en los demás. Habla, pregunta, explica, llora, ríe... Nadie está solo. Esto es lo mejor de la cuarentena. Aprovéchate de ello (hay hasta psicólogos que se ofrecen por si alguien lo necesita), que cuando volvamos a nuestras vidas individualistas, se acabó esto de pensar en los demás.

viernes, 20 de marzo de 2020

La vida es un milagro

La vida es eso que tenemos por defecto, que viene de serie y se nos pasa por alto el tiempo que dura.
Vivimos sin pensar en lo maravilloso que es vivir en sí mismo. Respirar, nuestro movimiento celular, las neuronas, cada mínimo componente de nuestro organismo.
Vivimos sin sentir si quiera que lo hacemos, sin percatarnos de que nuestro cerebro y corazón trabajan a destajo, 24/7, sin descanso, ni desempleo, ni vacaciones...
Vivimos de espaldas a todo lo que de verdad importa, y es quizás porque es invisible, no lo vemos, lo asumimos como normal, como básico. Ni siquiera lo entendemos como derecho, simplemente es y está.
Pues vivir no es un derecho, ni un equipamiento básico que viene de serie, ni un conjunto de mecanismos metafísicos. Vivir es un milagro. Y como tal, debemos reverenciar la vida, hacerla importante, hacerla esencial.

martes, 4 de junio de 2019

Rodéate de Gigantes

Rodéate de gigantes espirituales y no de enanos mentales, pero primero deberás de correr al enano que domina tu grandeza.
Querido: todos estamos hechos para las alturas, pero a veces nos quedamos escuchando a los que se arrastran y todo por la pena de que nos llamen locos.  Ahí, justo ahí,  comprenderás que lo único breve somos nosotros, y que, a veces, el momento indicado llega cuando ya no estás.

La vida es una batalla y cada vez que tengas un sueño grande te meterás en conflictos. Muchos estarán a tu lado, siempre y cuando no representes una amenaza para ellos y mucho menos intentes superarlos. Muchos correrán a tu lado y pronto se cansarán y querrán que te detengas a esperarlos, pero no los esperes porque la vida es un libro que se escribe con acciones y no con buenos deseos.

Se reirán de ti, hablarán de ti y harán un listado de tus fracasos, derramarán veneno con su lengua, pero un día tus éxitos les aplastarán y no habrá más que aceptar que tú te atreviste y ellos no. Jamás, jamás olvides que la gente te perdona todo menos el éxito.
El tiempo perfecto no existe, habrá oportunidades que sólo vendrán una vez en tu vida y que son exclusivas para ti. Deja de esperar y lánzate, porque la vida es corta y lo sabes.
El odiar así existe y existe para atormentarte, así que equivócate por atrevido y no por precavido. No te anticipes a tu derrota y habla sólo de victorias. Tú, tú eres tu mejor aliado. Ya suficientes enemigos tendrás que vencer como para ser tu propio verdugo.
Deja de darte por vencido sin que nadie te lo haya pedido.

"Rodéate de gigantes" (Daniell Habif)

miércoles, 23 de enero de 2019

Vergüenza

Verbalizar sentimientos, validarlos, no juzgarlos, favorecer su expresión, integrarlos… son claves que solemos tener presente en diferentes formas de relación de ayuda. Hablamos y evocamos con facilidad la tristeza, la rabia, el miedo... Ayudamos a trabajar la culpa… Pero quizás tengamos más descuidada la vergüenza. Compartimos el placer, expresamos la rabia, ocultamos la vergüenza. Quiere ser muda. Las palabras de la vergüenza son difíciles de decir porque tememos la reacción del otro.

Artículo "Un sentimiento tabú: la vergüenza". José Carlos Bermejo. 2018.


martes, 12 de junio de 2018

Acompañar es una relación acorde al proceso del ser

La acción acompaña, promueve, soporta, potencia, posibilita, dinamiza, detecta, valora a la persona y dice sin palabras que se puede contar con ella, pero no suple.  Se trata de un acompañar que no subordina, que no somete, que no hace demostración del que no sabe, que no hace inútil a quien no es o ignora lo que es, que cuenta con el otro como protagonista, incluso cuando no comprende el proceso de motivación.

Sugiere, anima, escucha, exige, participa, convive, etc, es la referencia más cerca y sinérgica.  Su estilo de hacer, de situarse y sus actitudes se conforman como fundamento de una relación educativa acorde con el proceso de ser.  Y ello se realiza en la cotidianidad de "acompañamiento" a los sujetos, muchas veces más desde el "estar" que desde lo que pudiéramos hacer y decir.

Acompañar es seguir el hilo de la vida sin pretender controlarlo todo, preverlo todo, y es saber aprovechar lo no esperado. 
Pero quien lee su vida a la luz de la fe, sabe que detrás de cada acontecimiento, y especialmente detrás de cada pobre, está un dios que sale a tu encuentro, te habla y te llama.  Un dios que te llamó un día y te sigue llamando cada día a hacer de tu vida una "pro-existencia", una vida para los demás siguiendo los pasos de Jesús.

Y hablar de vocación es hablar de respuesta. Es reconocer que has tenido ojos despiertos para ver y oídos abiertos para oír y escuchar.  Es experimentar el gozo de haber tenido y tener sensibilidad interior para conmoverle y un corazón generoso para responder y entregarle.

Hablar de vocación es sentir que Dios ha pasado a tu lado, te ha mirado con amor, ha pronunciado tu nombre y te ha llamado a vivir y a dar vida, a sentirte profundamente amado y a dar amor. Un Dios que te ha justificado y te ha invitado a hacer tuya su causa. 

(Vicente Altaba Gargallo. "Gozos y retos del voluntariado vivido como vocación". Ed. Cáritas Española. 2011)