Pero quien lee su vida a la luz de la fe, sabe que detrás de cada acontecimiento, y especialmente detrás de cada pobre, está un dios que sale a tu encuentro, te habla y te llama. Un dios que te llamó un día y te sigue llamando cada día a hacer de tu vida una "pro-existencia", una vida para los demás siguiendo los pasos de Jesús.
Y hablar de vocación es hablar de respuesta. Es reconocer que has tenido ojos despiertos para ver y oídos abiertos para oír y escuchar. Es experimentar el gozo de haber tenido y tener sensibilidad interior para conmoverle y un corazón generoso para responder y entregarle.
Hablar de vocación es sentir que Dios ha pasado a tu lado, te ha mirado con amor, ha pronunciado tu nombre y te ha llamado a vivir y a dar vida, a sentirte profundamente amado y a dar amor. Un Dios que te ha justificado y te ha invitado a hacer tuya su causa.
(Vicente Altaba Gargallo. "Gozos y retos del voluntariado vivido como vocación". Ed. Cáritas Española. 2011)
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